Un vaso que se rompe
poco a poco,
como el mar llega a la orilla
rumiando.
Una vela gris
que entona en la duermevela
su último soneto atroz
como la hierba crece
entre los senderos
que al cielo conducen.
Una cama que me espera
desnuda
por el paso de los días
y la desidia
como ciervo entre pasillo de luciérnagas.
Un segundo que desaparece
tras cada pulsión
tras cada latido
inmundo,
como el río
entre los meandros
que ya no volveré a ver.
Una hora que tiro
al vacío de mi vida y mis historias,
como la nieve que llora
la luna esta noche.
Un día en mi bloc
para olvidar,
para pasar viendo pasar
el vaso, la vela, la cama,
cada segundo, cada hora,
como cada día que vivo,
como ayer y hoy y mañana
como mierda.
Porque de los días de mi vida
solo recuerdo el agua,
que resbala entre tus cabellos,
entre tus mejillas,
que me ahoga y me da frío,
por eso la amo,
porque me moja
y me da frío.
¿Cuándo llegará
-atiende a mis súplicas,
sino maldito-
el día en que polvo sea?
Esperemos pues,
luna de abril,
que sea mañana.
Buenas noches.