miércoles, 11 de julio de 2012

Cuando el verano llega.


Apartarse cuando el verano llega
es como mear en coto vedado
un día de fiesta en el que llueven
alacranes con pimienta del cielo.

Y no es que yo sea un poeta
y no es que esto sea más que un verso
es sólo que cuando el verano llega
uno debe apartarse y sonreír.

Y apartarse es dejarla disfrutar
de la versatilidad de su rostro
de muñeca de porcelana y vidrio,
del ritmo de sus pies cuando camina.

Apartarse es sonreír al verla
en la distancia y acariciar quedo
los vientos de prados verdes y pueblos

tan desiertos como

el corazón del poeta y su pluma.