martes, 3 de enero de 2012

"Denme un tiro" o "Alacranes con pimienta"

Me escondo en las esquinas,
y rehúyo a menudo las miradas
potentes de los que caminan
erectos y seguros
de todo lo que dicen y hacen.

Soy un hombre raro y patético,
encorvado y de cara tosca,
no me angustia el decirlo:
más bien me consuela.

Y pido a la gente de bien
solamente una cosa
-recordándoles, antes, a mis amigos
que llevo siempre escondido
un revólver en el abrigo…- :

si dejo de ser patético
denme un tiro;
si acaso dejo de declararme
con poemas espesos y cargados de lisonjas,
denme un tiro;
si dejo por casualidad de pasear solo
a altas horas de la madrugada
por mi pueblo,
denme un tiro;
si dejo de pasarme por el forro (bolsa testicular)
las convenciones sociales,
denme un tiro;
si olvido, por ventura, que la vida
es tan sencilla que encerrarla se puede
en una botella de whisky del supermercado
de la esquina de abajo
denme un tiro;
si alguna vez me ven
con gente por ahí,
y ven además
que integrado me hallo,
denme, ¡ay!, un tiro certero;
si me ven bailar entre multitudes
con los ojos abiertos
(sin mis anteojeras de raro)
denme un tiro;
si me encuentran tomando café,
con gente que se peina,
y hablando
como un snob,
les pido que me recuerden
lo que amo los temas soeces,
naturales y sencillos,
como las gentes de verdad,
y luego,
si son tan amables,
denme un tiro;

¡Vuélenme las sienes
si vuelvo a ser del mundo!

¡Que brote sangre de mi testa
si me preocupa algo ajeno
a la esencia de la realidad!

Les pido una cosa:
si dejan de emerger alacranes de mis manos,
si acaso un día esta conciencia de realidad
que me desciende por el lagrimar
y a la comisura de los labios me llega
se acaba,
denme un tiro.

Porque quiero vivir en el mundo
sólo si el mundo
cabe en un paquete de tabaco;
sólo si hace reventar el interior humano
con un golpe de sinsentido:

solo,
ante un acantilado,
al final de la tarde,
el Sol se come mis ojos,
el viento me corta las venas,
y me dedico a llorar eso:
alacranes con pimienta.

3 comentarios:

  1. Buah, Dios mío Juanlu, has dado en el blanco, en todo el centro de la diana. He visto muchas personas reflejadas en este poema y en ciertos versos llegaría a jurar que me he visto a mí mismo "bailando entre multitudes con los ojos abiertos y sin mis anteojeras de raro", has dado en el blanco, ya te digo... Has sido muy certero. Mi humilde enhorabuena Juanlu, sigue así. Un abrazo.

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  2. Este comentario ha sido eliminado por el autor.

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  3. ¡Puerta! ¡Muchísimas gracias por tu visita y por tu comentario! Es todo un honor que te hayas pasado por mi blog. La verdad es que uno se queda en la gloria cuando se sincera en unos cuantos versos. Otro abrazo para ti.

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