martes, 26 de febrero de 2013

El abismo.



Sabes que siempre juego
muy al borde de las cosas,
que al otro lado
de los muros que me cercan
sólo hay afilados cuchillos
esculpidos por el mar, el viento
y la arena.
Sabes también que el miedo
no sabe nadar y que yo
soy más bien de espíritu débil.
Devuélveme por ello,
el revólver que te presté
anoche,
Laura,
porque,
si el miedo huye, la soledad
no me gusta pero
si decide quedarse prefiero
un pedazo de plomo en mi cerebro,
a diez mil pájaros que me susurran
los secretos de lo desconocido.

2 comentarios:

  1. Jope Juan Luis, me encantó cuando de pronto aparece el arma, pero me falla el final (perdón por la crítica...) Lo he releído... me gustaría más el pedazo de plomo en su cerebro... Gracias por él, un abrazo

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  2. Puede ser, no sé. El poema es más de tristeza o resignación que de rabia, por eso quizá el pedazo de plomo no va a "su" cerebro.
    Muchísimas gracias a usted por leerme y gracias también por la crítica.
    Un saludo.

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